Galantina de pavo
Querido fan de este blog, no me tengas a mal el atrevimiento pero esto que voy a contarte es la pura verdad y espero poder relatarlo todo con pelos y señales. Hoy la que suscribe este post, es una intrusa. Una ocupa pasajera que se ha colado en cocina ajena por pura necesidad. Detente, alma de cántaro que no hace falta meter a las autoridades en esta trama porque si dispones de unos minutejos, puedo explicarlo y verás que no he tenido más remedio que invadir este blog.Pues estos son los hechos: del mismo modo que toda patria tiene su bandera, cada jardín sus flores y los océanos sus peces, todo quisqui en este mundo mundial -salvo casos justificados- tiene su húmero, ese hueso largo del brazo, que se extiende desde el hombro hasta el codo y conecta el omóplato con el radio y el cúbito, circunstancia que explica porqué hablamos de un hueso fundamental para la movilidad del brazo permitiendo la articulación no solo del hombro si no también del codo.
Pues este hueso a nuestra querida Estela se le ha desconjuntado. Roto. Kaputt. Del todo. Está como un pajarillo con su ala quebrada sin poder volar. Otra vez, descogorciada como decía mi padre, verbo del todo inventado que él heredó de sus padres y estos a su vez vete tú a saber de quién. Y es que ya es mala suerte la suya que sale de una para caer en otra peor y es que hay rachas en las que nos hacemos con un abono de temporada que no queríamos y como no hay ticket que valga, pues como que no hay forma de devolverlo.
Dicho esto, la receta de hoy viene a relatar la historia de una manca que nunca peleó en Lepanto ni escribió sobre molinos y gigantes; aunque de peleona tiene mucho pero que mucho, porque dime tú cuantas mujeres sindicalistas conoces que no hayan tenido que luchar en veinte mil batallas, contra viento y marea y hasta con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela nuestra Estela. Porque cómo iba ella a perderse un homenaje. ¿En serio, alguien creyó que iba a dejarlo pasar sin plantar sus bemoles sobre la encimera? ¿Ella? nunca.
Así que hemos conspirado para que ésta, su receta de la galantina con la que homenajea al blog de Mª Antonia de Las recetas de María Antonia, llegue a buen puerto, navegando como el velero de Espronceda, sin temor, que no hay húmero traidor, ni tormenta, ni bonanza que su rumbo a torcer alcanza ni a sujetar su valor...
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

- 500gr. de carne de pavo picado
- 60gr. de pimientos verdes
- 60gr. de pimientos rojos
- 60gr. de zanahoria
- 1 puñadito de aceitunas negras
- 1 puñadito de aceitunas verdes
- 1 huevo
- sal al gusto
- pimienta molida al gusto
Nota:
- La receta original es con pollo y he reemplazado el maíz por aceitunas verdes y negras.
Preparación:
- Precalienta el horno a 180º C.
- Pica en trocitos pequeños el pimiento verde, el rojo y la zanahoria en la picadora o Thermomix.
- Añade esta picada a la carne junto junto con las aceitunas también picaditas, el huevo y salpimienta a tu gusto.
- Pasa esta masa a un molde tipo plum-cake, (si no es de silicona deberás engrasarlo un poco para que no se pegue) y pon un par de vasos de agua sobre la bandeja del horno para hornearlo al baño María durante 30 minutos.
- Saca del horno y deja enfriar por completo.
- Lo ideal es cortarlo en lonchas finas de 1 o 2 milímetros de grosor. Lo ideal, es dejarlo preparado el día anterior y cortar justo en el momento de servir.







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